El 2014 comencé a trabajar como profesor de Inglés. Siempre me he llevado bien con mis alumnos y casi nunca he tenido problemas. Mi relación con ellos es muy divertida y respetuosa a la vez.
En clase, me gusta poner las canciones favoritas de mis estudiantes en clase. Esto sirve para que no sientan presión y, de paso, liberen un poco de stress.
Era mi tercer mes y una alumna me pide que ponga la canción I’m Yours de Jason Mraz. Desafortunadamente, la clase ya estaba por terminar y no pude ponerla. Le pedí disculpas y le prometí que al día siguiente pondría la música que ella quisiera.
Cuando acabó la clase, todos los alumnos se retiraron. Tomé mis cosas, salí del aula y me encontré en el pasillo con la alumna que quería la canción. Estaba con sus amigas.
De una forma muy inocente, tuvimos una conversación así:
—See you tomorrow, girls.
—Teacher! Don’t forget! —dijo gritando —Tomorrow, I’m Yours!
No sabía dónde meter la cara.